El pasado 5 de Abril y hasta el 4 de Septiembre de este año, el Museo Nacional de Arte Reina Sofia exhibe la exposición ¨Piedad y terror en Picasso¨, conmemorando el 80 aniversario de una de sus obras mas importantes, El Guernica (1937.)Como resultado de un exhaustivo trabajo de investigación, la exposición recoge unas 180 obras aproximadamente, difícil de volver a reunir, provenientes de mas de 30 instituciones como el MOMA, The Metropolitan Museum of Art, Tate London o el Center Georges Pompidou de Paris y de fondos privados procedentes de la colección Menil en Houston o la familia Nahmad. La selección de las obras ha sido guiada por Manuel Borja-Villel , y Charo Peiro, jefa de colecciones del museo, junto con los conservadores americanos J.Clark y Anne M. Wagner, ambos historiadores de arte y profesores en la Universidad de Berkeley. A través de 10 salas, ¨Piedad y terror en Picasso¨ recoge la trayectoria que llevo a Picasso a pintar el Guernica, marcando como primer ejemplo de terror la obra ¨Las tres bailarinas. La exposición conversa sobre la monstruosidad y la violencia que Picasso decía que formaba parte de uno mismo, a través de dos temas esenciales en su obra, las mujeres y la guerra.

A través de toda la historia del arte , han sido muchos los artistas masculinos que han representado obsesiva e inmensamente a sus musas, esposas y amantes, pero nadie utilizó y abusó de sus mujeres como el más grande artista del siglo XX, Pablo Picasso.

De las siete mujeres más importantes de su vida, dos se suicidaron y dos se volvieron locas. Otra murió de causas naturales sólo cuatro años después de su relación. Sin embargo, mientras Picasso tenía aventuras con docenas, o tal vez cientos de mujeres, siendo fiel a ninguna de ellas -excepto posiblemente la última, Jaqueline,- cada una de estas siete mujeres brilla como un catalizador crucial en su desarrollo como artista. Cada una representa un período diferente en su carrera, representando un ideal complementario o opuesto que inspiró la evolución de un nuevo lenguaje visual. Así como se involucraron obsesivamente con él, él dependía de ellas.

«Las mujeres son máquinas para el sufrimiento», dijo Picasso a su amada Françoise Gilot en 1943. De hecho, cuando se embarcaron en su romance de nueve años, el artista de 61 años advirtió al estudiante de 21 años: «Para mí hay sólo dos tipos de mujeres, diosas y felpudos¨.

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